ENTREVISTA PREGUNTA – RESPUESTA.
Por: María Jesús Orcohuaranga Campos.

Con 23 años, actualmente le da vida a Julito, personaje soñador en la serie De Vuelta al Barrio, trasmitida de lunes a viernes por América televisión. El actor resalta la importancia de las buenas relaciones con las personas que lo rodean, y de esta manera expresa su vocación y servicio a Dios.
Pasó su niñez entre volantines y saltos; combinación de flexibilidad, coordinación y equilibrio que lo llevó a formar parte de la Federación Peruana de Gimnasia hasta los 16 años. Sin embargo, su verdadera vocación se encontraba en las tablas, frente a los flashes, interpretando personajes que para él signifiquen y comuniquen. Amable, gentil y con la sonrisa que lo caracteriza, Mario habló sobre su esperanza por la humanidad, y la segunda carrera que le gustaría seguir aparte de las Comunicaciones: la docencia universitaria, con la cual quiere transmitir su pasión y amor por el arte.
Se ofreció a recibirme en su casa un sábado por la tarde. Al llegar, me confesó que era un día de descanso en las grabaciones de la serie, el cual aprovecha para una siesta hasta tarde, distracción, pasar tiempo con su familia y Kurama, su gato, al cual puso este nombre inspirándose en la serie Naruto, que significa “zorro, demonio de las siete colas”.
Cada papel que haces requiere diversa preparación ¿Cómo es ese proceso?
En cada formato es diferente. Para teatro se realiza un trabajo analítico con mayor tiempo de preparación, en el cual exploras y transformas el personaje. Se inicia con la lectura de la obra, luego se estudia las referencias, la coyuntura y contexto, a esto se suma los ensayos. En televisión el proceso es más acelerado, porque se escriben capítulos todos los días, uno no sabe lo que el guionista puede redactar, de acuerdo a eso debes adaptar y perfilar tu personaje. El cine es una mezcla de ambos, requiere bastante preparación y estudio, sin embargo, no es tanto tiempo como el teatro, pues se debe comenzar a grabar.
En Cumbia Pop, también debías cantar y bailar. ¿Se te hizo complicado alcanzar la experiencia que alguno de tus compañeros tenían, ya que el elenco estaba conformado por cantantes y bailarines, en su mayoría?
Sí. De hecho hubo un taller de actuación, canto y baile que duró tres meses desde Enero, yo no sabía cantar ni bailar, es más, todavía no lo sé (risas) mi fuerte es actuar, tomé clases particulares de canto, tuve la suerte de que el elenco estaba conformado por gente talentosa y al realizar los coros podía pasar desapercibido. En baile felizmente me fue bien.
En algunas entrevistas mencionas ser católico e incluso el primer taller de teatro donde estudiaste fue parroquial. ¿Hubo algún episodio en tu vida que te acercó tanto a Dios?
Estudié en colegio católico, pero no era creyente por eso. Conocí a Dios a través del arte. El teatro me acercó a la experiencia de la vocación artística, la entrega hacia los demás, trabajar por la esperanza del mundo y no hay nada más católico que eso para mí, es una forma concreta de llevar a Dios a las personas, no necesariamente a través de un libro o consejo, sino a través del amor por lo que haces.
Mateo es un personaje que al principio está sumergido en las drogas, rompe algunos comportamientos católicos e incluso llega a enamorarse de una monja. ¿Cómo fue interpretar a este personaje al ser creyente en Dios?
Mateo me encantó, lo voy a llevar siempre en mi corazón. En el taller trabajamos el personaje y tuvimos tiempo para probar diferentes cosas. Al comienzo, estaba un poco perdido porque me indicaban que debía ser galán, yo veía a mis compañeros y eso podían hacerlo mejor que yo, porque son mucho más apuestos. Al leer el texto me daba cuenta que Abril no se enamora de ninguno de ellos, entonces, debía ver en Mateo algo que no tengan los demás, eso podía encontrarlo en su corazón y alma noble, el cual estaba destruido y renegado por las experiencias que había tenido con su familia que lo había abandonado y por esto se refugia en las drogas, pandillaje y las malas juntas. Al final, Mateo se enamora de Abril porque ella se propone reconstruir su corazón y a lograr que él se encuentre consigo mismo, realmente ambos se ayudan
Sin embargo tuvo un final inesperado…
Como el guion se escribe en el momento, nadie sabía lo que pasaría. Yo propuse algo de ese final, me basé en Anakin Skywalker, en como él tiene dos opciones: la luz o la oscuridad. Abril sale de ser novicia y entra Calé (Andrés Wiese), entonces, empiezan a escribir el texto de ambos, yo desde la perspectiva de Mateo se me ocurrían dos caminos: él reconquistando a Abril o desilusionándose una vez más. Finalmente, Mauro (Javier Dulzaides) aprovecha la oscuridad de su corazón, lo manipula hasta convencerlo, usa sus sentimientos intensos para llevarlo por el lado oscuro y tomar venganza.
Actualmente interpretas a Julito en DVB (De vuelta al barrio). ¿Cómo es interpretar una figura setentera, que pertenece a otra generación, con costumbres de esa época, diferentes a las tuyas?
El libreto, no te da muchas pistas acerca de lo que puedes hacer, ya que son textos cotidianos que tranquilamente cualquier persona de la época actual lo realizaría. Sin embargo, para mí hay una cualidad muy importante, el hecho de no tener acceso a celulares y tecnología inmediata, entonces, eso hace que los jóvenes de esa época sean más vivaces, todo el tiempo paren en la calle, en el parque, jugando yoyo, la antigua costumbre de buscar a tu enamorada en su ventana. Esa clase de costumbres me parece que son dignas de rescatar, hace a estos personajes entusiastas, vivaces y felices.
Gracias a Julio has adquirido mayor reconocimiento, ¿Hay algo con lo que te sientas identificado o te relacione a él?
Absolutamente (risas). Ya me lo han preguntado, yo me quedo pensando y me da miedo decir, sí, porque Julito es la versión más niño e infantil que tengo. Él confía en todo el mundo, cree mucho en las personas, quiere que todo esté bien, no quiere ver sufrir a personas cercanas, a veces peca de inocente por esta razón. Ese lado me identifica, en el fondo tengo mucha fe en la humanidad. Es cuestión de exacerbar esa parte de mí, llevarla al máximo y hacer el ridículo.
Este mismo papel, en la primera temporada fue protagonizada por Emilio Noguerol, ¿Cómo fue el proceso de cambio y adaptación al personaje?
Fue bastante difícil, tanto para mí y para el público. Cuando me enteré que debía interpretar un personaje que ya había sido hecho por otro actor, lo pensé dos veces, dije: voy a confiar, y los directores me ayudaron mucho en ello. El creador de la serie, Gigio, conversó conmigo acerca de lo que quería reflejar, me pidió que los primeros dos meses haga un papel similar a la de Emilio, la voz aguda o que sea extremadamente infantil. Sin embargo, lo que buscaba a largo plazo era que el personaje cambie, su interés para este año era que Beto y Julio vayan a la universidad, por lo tanto ellos debían madurar. El proceso no podía ser abrupto, sino de manera paulatina. Yo acepté y confié en él.
¿Recibiste críticas? Al comienzo a la gente no le gustó, criticaba mucho sin saber y no los culpo, tienen todo el derecho a hacerlo. A veces, erróneamente leía comentarios como: “no lo hace tan bien” o “no le sale lo infantil”, sin saber que esa era la indicación dada. Todo el equipo de producción tuvo razón, son unos capos, ahora la serie cuaja mucho más en el tema de los hermanos, se nota el nivel cultural en ellos. Julio ha adquirido una dimensión intelectual y eso va a poder explotarse mucho más a futuro, se ha humanizado.
He visto que en algunas entrevistas dices que la actuación en televisión es bastante agotadora y consume tus horarios ya que no tienes un tiempo definido de grabación. ¿Cómo imaginas tu vida sin De Vuelta al Barrio?
Es una gran pregunta (risas). Si no estuviera en De Vuelta al Barrio, probablemente estaría haciendo teatro o estudiando la variedad de talleres que hay actualmente. Me hubiese gustado estar en el taller de Alberto Ísola, intenté llevarlo el año pasado a la par con las grabaciones de Cumbia Pop, pero no pude, la primera clase hablé con él y me retiré. En la vida del actor son momentos, a veces pasa que cuando estás haciendo algo quieres otra cosa, por ejemplo, cuando realizas teatro quisieras grabar en televisión para ocupar todo tu tiempo y tener la seguridad que el próximo mes vas a seguir trabajando. Ser agradecido con lo que te toca es sabio y humilde, ahora estoy en De Vuelta al Barrio full time y estoy feliz.
¿Cine, teatro o televisión?
Para ser honesto nunca hice cine a nivel comercial, he grabado cortos en EPIC (escuela de cine) e hice pilotos. Ahora, para el verano 2019 grabé un personaje que aparece en tres escenas, la película se llama “Hotel Paraíso”. Definitivamente me gusta más el teatro, porque me he formado ahí, la experiencia de construir un personaje a largo plazo es gratificante, es casi un proceso introspectivo.
¿Te da vergüenza verte en televisión?
No sé si la palabra sea vergüenza. Cuando me veo en televisión soy muy exigente conmigo mismo, observo cosas que podía haber hecho y no las realicé, en otras ocasiones simplemente me mato de risa y digo: no puede ser que todos seamos tan estúpidos (risas).
El personaje lo amerita, Julito es muy gracioso…
En general, son las situaciones con los hermanos. Con Beto (Santiago Suárez) me mato de risa, cuando actuamos nos reímos y jugamos de verdad, eso es genial porque después se refleja en la pantalla.
¿Cómo hacen para grabar las escenas de drama?
Felizmente en la serie la mayoría de escenas son de comedia, por lo tanto es más relajado, pero cuando hay situaciones de drama el ambiente debe volverse serio.
En todo el tiempo que llevas actuando. ¿Alguna vez has rechazado algún personaje?
Este año tuve varias propuestas de teatro, sin embargo no pude por mis horarios y el tiempo de ensayo que requiere una obra. El 2016 y 2017 rechacé propuestas, ya que un actor debe interpretar personajes que lo identifiquen, comuniquen cosas y considere necesario para las personas.
Eres gimnasta profesional, hasta los 16 años tengo entendido que practicaste este deporte. ¿Cómo surgió esta actividad física en tu vida?
Yo estudié en San Antonio de Padua y en los recreos me daba volantines. Un día mi profesor de gimnasia me dijo si estaba interesado en probar el taller del colegio, entrenaba mucho y cada vez mejoraba. Luego, me cambié de colegio a Santísimo nombre de Jesús, ahí tenía un entrenador que trabajaba en la Federación Peruana de Gimnasia, gracias a él entrené en la Videna.
Estudiaste Comunicaciones en la Universidad de Lima¿Por qué decidiste seguir la actuación en lugar de ejercer alguna rama de las comunicaciones, o la gimnasia que es completamente diferente?
Me gusta la gimnasia, pero las cosas se dieron en un momento inesperado, el cual, yo no decidí. En caso de la actuación, empecé en el colegio y después entré al taller de teatro Convivio. Es difícil para un adolescente optar por una carrera artística, ya que las familias limeñas en este sentido, aún son conservadoras. Por presión de mis padres tenía que estudiar en la universidad; entrar ahí me enseñó a estudiar, eso es fundamental porque te brinda herramientas que las puedes aplicar en cualquier momento de tu vida.
Tengo entendido que te consideras poético y desde pequeño llamó tu atención todo lo relacionado con el arte. ¿Te gustaría en algún momento dedicarte a la poesía?
Creo que sí, voy a retomar el escribir y recitar. Hay unos papeles escondidos, ya es hora.
En una entrevista mencionas que: “La vida no es como la vemos en Instagram”. ¿Cómo defines tu vida en la realidad? Intento cumplir todos los roles que tengo y ser lo más responsable posible, no siempre me sale bien. En mi vida cotidiana trato de tener la mejor relación posible con las personas que me rodean, ya sea en casa o con mis compañeros de trabajo; procuro ser educado, gentil, amable. Es la forma de vivir mi fe, entregando mi corazón a las personas que tengo cerca.
La corrupción actualmente se ha convertido en uno de los problemas más indignantes y grandes que nos toca erradicar ¿Estás de acuerdo con el referéndum propuesto por el presidente y las reformas que se están planteando en el país?
Absolutamente, es necesario hacer un cambio estructural. Cada vez el panorama parece ser más desalentador. Sin embargo, nosotros como ciudadanos estamos demandando cada vez más, esto hará que a largo plazo nos gobiernen personas éticas. Para tener mejores representantes, nosotros como ciudadanos tenemos que estar interesados por la política.