Estudió en el Colegio la Inmaculada. Es amante de la literatura, hincha de Deportivo Municipal y ha dedicado su vida a observar, sentir y transmitir pasión por el fútbol. Se define como un hombre intenso. Con 45 años, hace un breve repaso por la última etapa del fútbol peruano y nos expresa opiniones sociales y políticas.
A los seres humanos nos cuesta pedir disculpas, pero eso no siempre sucede, al menos no con el periodista deportivo Pedro Eloy García Corcuera. A lo largo de esta conversación el conocido conductor de Movistar Deportes, se disculpa por tardarse trece minutos en salir del canal, para hacernos ingresar a la sala de recepción. Se distingue por no soltar el micrófono frente a Edison Flores, Christian Cueva, Renato Tapia, entre otros. “Dicen que hablo mucho, hay días que soy mudo” sentencia.

Retrocediendo en el tiempo. ¿En su niñez era creativo con juegos e historias? esta etapa nos marca para siempre.
Cuando estaba en quinto grado de primaria jugaba a hacer una revista deportiva, mi creatividad consistía en tratar de escribir alguna historia vinculada al deporte, hacía recortes de periódicos o de revistas y de las fotos deportivas que encontraba, escribía sus leyendas. Mi primer recuerdo periodístico.
¿La inclinación por el fútbol es por su padre, abuelo, algún personaje influye en usted y su afición por este deporte?
Perú iba jugar el mundial del 82, era muy niño y me atacó una enfermedad muy fuerte que se llamaba enamoramiento de la selección. Me pasó, lo que le ha pasado al país hace unos meses en: Saransk, Ekaterimburgo y Sochi en donde habían miles de peruanos embanderando las ciudades de Rusia, yo viví esa situación febril a los 9 años. Ahora no me paso porque era periodista, tenía un carné colgado en el pecho y estaba chambeando. Mi abuelo y mi viejo son hinchas pero no influyen, la selección me genera una conexión y cierta pasión, que hace que la siga de cerca. No es por nadie más.
Por esos años ¿Quién era su jugador favorito?
En esa época era difícil elegir a uno porque todos eran buenos, teníamos un súper equipo.
Ramón Quiroga con quien ahora trabajo, era el “loco” Quiroga su dosis de locura me fascinaba, era un ídolo. Juan Carlos Oblitas era un puntero que por su lado la rompía. Gerónimo Barbadillo era una especie de culebra Carrillo, pero con gol. Julio César Uribe es el mejor jugador que yo he visto. Cesar Cueto era un artista y Héctor Chumpitaz que para opinión de muchos ha sido el mejor defensa de la historia del Perú. Eran unos crack’s, no tenía un favorito, jugabas a ser todos ellos.
Esa unión entre los jugadores se asemeja al equipo de hoy, cosa que no paso tal vez cuando Markarián estaba a cargo de la selección y sólo eran “los 4 fantásticos” (Claudio Pizarro, Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y Juan Manuel Vargas) nunca se hablaba del resto, en el equipo eran 4 y no 11.
Sergio Markarián, le dio un peso importante a los llamados 4 fantásticos, creo que no encontró el funcionamiento del equipo. Tenía la sensación de que los “grandes”, le manejaban el vestuario. Decir que Markarián no es un estratega brillante es un completo error, es buenísimo, siempre ha sido buenísimo. Creo que dejo que se impongan ellos en perjuicio de su propia decisión, agregando sus reducidas ganas de imponer disciplina, porque cuando uno ya es muy grande, no está para imponer disciplina, sino sabiduría.
¿Recuerda el 31 de marzo del 2015?
Ricardo Gareca Nardi llega como el nuevo Director Técnico de la selección peruana y tampoco fue que prendió el equipo inmediatamente, el equipo tomó forma. No llego y nos llevó al mundial, Gareca nos dirige en la última parte del 2017, le ha costado dos años de trabajo y más para imponer un equipo, que puede ganarle a cualquiera.
A esto le sumamos el esfuerzo de Raúl Ruidíaz, Anderson Santamaría y todos los que forman parte de la selección…
Nos hemos esforzado siempre, yo no debo decir que el equipo de Markarián no se esforzaba, todo lo contrario, lo hacían pero desde otro lugar. Los que venían de Europa se sentían líderes y los que jugaban en el torneo local se sentían menos. Gareca hizo equipo, ha hecho un grupo y eso es capital para competir a nivel internacional. Nos hemos esforzado desde siempre.
¿La frustración de los 36 años jugó un papel de causa y efecto en la clasificación a Ruisa 2018?
Llevábamos la mochila pesada de la no clasificación, es un elemento a tomar en cuenta. Pero no fue frustración, los del equipo anterior y el de hoy, han estado frustrados por mucho tiempo. El mérito de Gareca fue creer en el jugador peruano, en la conferencia de prensa lo dijo y a partir de esa oración todo mejora. Partió desde su propio convencimiento, para luego convencer al jugador peruano de lo que era capaz, un huevo de tiempo después.
La hinchada peruana atribuía y a la vez aplaudía a Ricardo Gareca, por el hecho de haberle prestado atención a los jóvenes jugadores. ¿Opina lo mismo?
No es un tema de edad. Yoshimar Yotún y Luis Advíncula debutaban en la selección con Markarián cuando tenían 21 años, no fue que Gareca vino y se los inventó. Markarián los usaba, ambos otorgaron oportunidades. No es tan cierto que este equipo comenzó en el 2015, comenzó desde lo estratégico ese mismo año. Pero debemos recordar que los individuos del equipo han empezado desde antes. Markarián no es el cuco y Gareca no es un santo.
La semana pasada la FIFA nos otorgó el premio a la “mejor afición del mundo”. ¿Usted cómo toma esto? Yendo más allá del premio, como sociedad al Perú le falta mejorar un montón. Seguimos siendo egoístas, racistas e irrespetuosos. Creo que el peor ejemplo que hemos visto, por estos días es el Sr. Manuel Liendo Rázuri.
No quiero decir que Lima es como ese señor. Hay gente que es así, por supuesto y es lamentable. El problema del Perú es que nosotros mismos nos discriminamos y me llena de tristeza cuando se dan esos casos.
A mí me da pena que se tome el “cholo” como un insulto, cuando en el diccionario no se define como tal. Se denomina cholo a la persona mestiza que lleva sangre europea e indígena, y por historia eso es lo que somos.
Me da mucha cólera cuando alguien se refiere a otra persona con un nivel importante de desprecio, desde ya me da pena que pase en cualquier lado. Ver o escuchar a un ser humano vejado por una palabra disparada por otro, creyendo que lo insulta. Me llena de impotencia, me causa pesar que estas situaciones de discriminación pasen en mi país y puntualmente en mi ciudad. Pareciera que somos más afectuosos con los extranjeros, que con nosotros mismos, eso nos descalifica como gente valiosa.
¿Ha sido testigo de alguno? ¿Cuál es su reacción?
Me avergüenza de la gente con la que vivo y me apena más de lo que crees. He sido testigo, pero no puedes meterte en la cabeza de la otra persona que ha crecido con esos pensamientos. Un adulto que considere, que decir “cholo” es un insulto me parece…No hay palabra que defina y describa lo que siento, yo me considero cristiano y todos somos hijos de Dios.
¿Lee la biblia?
La tengo en la cabecera de la cama, pero no la leo.
¿Va a misa los domingos?
No, nunca.
¿Cree en Dios, pero no en la iglesia?
No, simplemente no asisto a misa porque no tengo la costumbre, no porque no quiera ir. Hace poco estuve en la Catedral de Nápoles, recorrí determinadas iglesias en Venecia, me produce conmoción entrar y ver a Jesús crucificado.
¿Ha sentido esa conexión inexplicable?
Sí yo he sentido dentro de mi pecho esa cosa mística y religiosa. ¿Por qué creemos que el que asiste a misa es más creyente y el que no asiste es menos creyente? No es un tema de asistir a la iglesia, es simplemente el vínculo con tu prójimo. Sensibilidad y servicio frente a los demás.
¿Qué opina sobre la coyuntura política actual?
Nuestros presidentes peruanos prófugo, preso o investigado, rechazo la clase política por definición. Todos los alcaldes de Lima han sido una vergüenza, sólo veo carteles y no escucho ideas. Creo en uno porque lo conozco y es Alberto Beingolea, sé su proceder y su conciencia social.
Este es el peor Congreso. No nos representa, ni a usted, ni a mí, ni a nadie.
No nos representan en lo absoluto y viene a mi memoria Javier Valle Riestra un orador iluminado y excelente. Lo seguía no por ser aprista, sino por su discurso potente, persuasivo, revelaba inteligencia. Vivió en austeridad hasta donde yo sé.
El político debe ser inspirador, debe ser una persona que te invite a creer en su doctrina, cuanta falta hace personas como Valle Riestra en esta etapa tan triste del Perú y en donde se ha destruido el significado de la palabra honestidad.
¿Al parecer lo que más atesora en las personas, es éste desatendido valor?
Para mí la honestidad es todo, no admito una persona que haga algo para provecho de él y que ese accionar suponga que alguien la pase mal. Lo que no se consigue honestamente, mejor no lo consigas, es un éxito que no vale la pena vivir.
Desde el colegio nos marcan la idea, de que absolutamente todo es una competencia, es por ello que se inserta tal vez ese terrible antivalor ¿Cree que la vida es eso?
La gente sufre mucho porque compite mucho, yo no sufro en ese sentido. Yo no quiero ser el número 10 del equipo, ni quiero ser el goleador del equipo, yo quiero ser feliz en la cancha. Y en la vida no estoy obsesionado con hacer los goles, pero me divierto jugando. Me gusta tener una conducta free play y puedo meter una patada, pero dentro de la búsqueda de la pelota, mucha gente espera que el árbitro no vea. Para meter un tabazo por detrás o para ser un gol en offside que no sea legítimo.
En materia de vida la gente hace trampa, y a mí la trampa no me vacila.
Cree que las cosas llegan solas, ¿La intervención del destino cumple algún rol?
Si chambeas y tu comportamiento es bueno, yo creo en generar una energía que te protege. Esfuérzate y trabaja porque ese destino te va a llegar. Tal vez sembraste mucho antes y recién hoy cosechas. Puede pasar, pero no interesa porque has ido por una ruta correcta. Ahora, el que llega por una línea deshonesta a un lugar interesante profesionalmente hablando puede ser que llegue, a ver cuánto le dura. Me gusta pensar que todo es consecuencia de algo, pero con el esmero de por medio.
¿Qué libro lo marcó y quiénes son sus autores favoritos?
Tengo muchos, uno de ellos es 100 años de soledad. Ese libro es una alegoría al idioma. La historia es una historia como tantas, pero la maestría con la que García Márquez usa el lenguaje y el vocabulario no tiene comparación y ese discurso es embriagador desde el punto de vista estético.
Me gusta la narrativa latinoamericana: Alfredo Bryce y Mario Vargas Llosa.
¿José María Arguedas?
Es un escritor peruano de los considerados geniales, leí Agua a los 13 años, era complejo entender las palabras en quechua, es un grande.
Se debería enseñar a hablar quechua en los colegios públicos y privados, aquella lengua nos pertenece ¿Está de acuerdo con esto?
En realidad sí. Yo una vez me fui a cubrir la Copa América en Paraguay en el 99, vi el debut de Ronaldinho, vi jugar a Ronaldo Nazário espectacular. Pero lo que nunca voy a olvidar es que escuchaba a los paraguayos hablar en guaraní, ellos se identifican con esa lengua, los peruanos no hemos llegado a identificarnos con el quechua. Por temas de identidad nacional y cultural yo pienso que tiene sentido saber quechua, hace falta dotarnos de una estima distinto, hacia lo que tanto rechazamos y tanto nos pertenece.
Pocos tienen la suerte de saber a lo que se van a dedicar durante toda su vida, usted sabía que quería ser periodista. ¿Qué es lo que más rescata de la universidad? ¿Tuvo un docente o algún curso especial?
Todos los cursos de letras me gustaban porque me hacían leer, y los profesores me hacían pensar.
Consejo para los periodistas que se preparan en las aulas.
El periodista que no lee, no va a llegar lejos. No se conformen con el currículo académico, busca nuevos horizontes intelectuales, el que lee crece. Te distingues leyendo, educas tu razonamiento. Presta atención a los libros de investigación y a la literatura, porque te van a llevar a un escenario diferente, no leas en el teléfono, coge tu libro y lee. Aprenderás de forma inconsciente a redactar, discursear y hacer determinados giros verbales.
Escribe: Alejandra María Apaza Guevara